Todos los 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, en búsqueda de sensibilizar a las personas sobre la delgada línea que existe entre el desarrollo humano y la conservación del planeta.
Esta fecha tuvo su origen a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972, en la cual se debatió la importancia de cuidar el medio ambiente y se expuso la necesidad de unir principios comunes que ofrecieran a la sociedad una inspiración y guía para preservar y mejorar nuestro entorno.
El propósito fundamental de la educación ambiental es lograr que tanto los individuos como las colectividades comprendan la naturaleza compleja del medio ambiente y adquieran los conocimientos, los valores y las habilidades prácticas para participar responsable y eficazmente en la prevención y solución de los problemas ambientales y en la gestión de la calidad del medio ambiente.
La educación ambiental resulta clave para comprender las relaciones existentes entre los sistemas naturales y sociales, así como para conseguir una percepción más clara de la importancia de los factores socioculturales en la génesis de los problemas ambientales. En esta línea, debe impulsar la adquisición de la conciencia, los valores y los comportamientos que favorezcan la participación efectiva de la población en el proceso de toma de decisiones.
En noviembre de este año nuestro país sancionó la Ley Yolanda,la cual establece la capacitación y formación integral en materia ambiental de todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos los niveles y jerarquías para los tres poderes de la nación. Sin dudas,esta ley es una herramienta fundamental en materia de educación ambiental,y propone la inclusión del aspecto ambiental en la creación de políticas públicas y leyes,al mismo tiempo que busca garantizar el cumplimiento de las mismas a partir de la capacitación ambiental para la toma de decisiones y la gobernanza nacional.