La pandemia que estamos viviendo se encuentra afectando a todas las personas que la transcurren, adultos, adultos mayores, niños, niñas y adolescentes. Temas como el trabajo, la economía, la educación, la salud mental, la seguridad, la recreación y otros más; se vieron afectados ante la presencia de un virus el cual nos pide quedarnos en casa y cuidarnos.
Hoy 12 de agosto día Internacional de la Juventud, queremos enfocarnos en esta problemática desde una perspectiva juvenil y cómo esta situación de aislamiento social obligatorio afecta en el desarrollo de la vida los y las jóvenes. Donde es importante destacar que el objetivo de este día es promover el papel de los y las jóvenes, escuchar su voz y empoderarlos respecto de cómo se abordan sus problemáticas, para de esta manera trabajar en políticas públicas para la juventud.
La Educación fue el primer lugar donde el avance del virus y la cuarentena interpelaron a los sectores más jóvenes de nuestra sociedad, generando inquietudes sobre el futuro incierto de la misma. La incorporación de nuevas tecnologías es un avance para garantizar la continuidad de los distintos niveles educativos, sin embargo, está situación acentúa la brecha social latente en nuestro país. La principal diferencia se da entre quienes pueden acceder a internet y quienes no cuentan con dichos recursos y se acentúa más para aquellos que habitan en barrios vulnerables cuya infraestructura tampoco les brinda un espacio adecuado para estudiar. O incluso muchos de estos y estas jóvenes cuentan con un círculo familiar con escasa escolarización, lo que dificulta el acompañamiento en el desarrollo educativo.
Todas estas situaciones se enfatizan en aquellos jóvenes que comenzaban un nuevo ciclo escolar tal como el ingreso a la secundaria o la universidad los cuales requieren acompañamiento por parte de la comunidad educativa y al mismo tiempo son el ámbito de desarrollo social de los y las jóvenes que se forman no solo académicamente sino también en sus vínculos sociales.
En paralelo, la suspensión de la actividad económica no esencial provocó una fuerte disminución a gran escala de los puestos de trabajo, por consecuencia una reducción drástica en las nuevas contrataciones. A su vez, la problemática del desempleo es una deuda histórica de nuestro país. Pero son los y las jóvenes, quienes, a pesar del beneficio de su juventud, no cuentan con la posibilidad de competir por un trabajo bien remunerado debido a la falta de capacitación o experiencia, terminando por quedar fuera del mercado laboral o trabajando en negro por menor sueldo y menos garantías en la plenitud de sus derechos laborales.
Por otro lado, los casos de violencia de género aumentaron de manera abrumadora, las trabajadoras de la línea 144, reclaman no solo que no dan abasto para atender las denuncias, sino que tampoco cuentan con recursos para implicarse en las mismas y ayudar a las víctimas. En lo que va del año, 178 son los casos de femicidios, y 95 de estos fueron perpetrados en lo que va de cuarentena. En la mayoría de estos casos las principales víctimas son mujeres jóvenes. Para los agresores no existe distinción socioeconómica, sin embargo, las jóvenes de menos recursos se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad al no contar con independencia económica, incluso muchas de ellas en este contexto de pandemia se ven obligadas a seguir conviviendo con su agresor, sin tener una opción de ayuda por parte del Estado.
Todas estas situaciones, la búsqueda de trabajo infructuosa, la incertidumbre educativa, el miedo, la imposibilidad de vincularse con sus pares, los 146 días con una vida para la cual no estábamos preparados para afrontar; tiende afectar la salud mental de los y las jóvenes; generando sentimientos de angustia los cuáles pueden ser disparadores de cuadros más severos como depresión, ansiedad, ataques de pánico.
Por lo tanto, en el día internacional de la juventud queremos recalcar la importancia, no solo en contexto de pandemia, de la responsabilidad del Estado de generar políticas públicas con una mirada amplia que garantice los derechos de los y las jóvenes, con una perspectiva de género y juvenil.
