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El transporte que queremos

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La Ciudad de Buenos Aires tiene más de 4 millones de habitantes. 4 millones que se desplazan por toda la ciudad, que trabajan, que estudian que sistemáticamente entran y salen. En el Área Metropolitana de Buenos Aires, aquellas localidades que constituyen el Gran Buenos Aires se ubica el núcleo urbano más grande del país con 25 millones de vidas. Esta hiperconcentración produce que por la ciudad circulen todos los días 6 millones de personas, más de un millón y medio de autos particulares, casi 40 mil taxis y 10 mil colectivos ¿Cómo piensa el transporte urbano el gobierno de la ciudad? Es simple, no lo hace.

Nos hemos acostumbrado a un gobierno que hace grandes espectáculos de sus políticas públicas, sobre todo aquellas referidas al transporte público donde su principal estrella ha sido el Metrobus. Y aunque los beneficios del Metrobus son palpables eso no los hace menos escasos. Una ciudad masiva como la nuestra no puede permitirse mantener zonas mal conectadas con los sistemas de transporte o virtualmente incomunicadas.

No hace falta mencionar el problema del servicio subterráneo que es públicamente conocido. Contamos con líneas prácticamente abandonadas que no cuentan con trenes para brindar un correcto funcionamiento, tarifas en alza y un servicio que se mantiene en la mediocridad. Buenos Aires hoy tiene 54 Km de subterráneo pero su expansión se ha detenido sorpresivamente. Otras ciudades de la región nos han superado de forma meteórica, por ejemplo Santiago de Chile actualmente cuenta con más de 100 Km de subterráneo y esta red crece a razón de 2,4 Km anuales. Buenos Aires, que supo ser la primer ciudad de América Latina con este tipo de transporte, hoy se ubica en el puesto 60 en una escala que mide la extensión de las redes subterráneas.

Las políticas más “globales” incluso parecen no tener pies ni cabeza. Hay una intención por parte del gobierno de desincentivar el uso de automóviles particulares en la Ciudad. Como parte de esta política han impulsado aumentos en los aranceles de parquímetros. Sin embargo, mientras esto ocurre el mismo gobierno ha desfinanciado las área que supuestamente busca incentivar. Las áreas que digitan el planeamiento de transporte en general, la red de subterráneos y los programas de transporte en conjunto han sufrido un recorte por 739 millones de pesos. Mientras tanto el área responsable por el estacionamiento regulado recibirá un total de 1.3 mil millones de pesos el año que viene.

No quiero hacer de este artículo una queja tras queja. Creo que hay cosas que pueden mejorarse. Que necesitan cambiar para que los porteños podamos vivir mejor. Necesitamos empezara a pensar la política del transporte porteño no solo como un problema que termina en la General Paz, sino un problema también de los bonaerenses. Debemos tender a políticas que se orienten a la integración del transporte provincial con el porteño y que, fundamentalmente nos permitan viajar mejor.

Viajar mejor no significa necesariamente un sistema futurista, de amplias comodidades y espectaculares recursos. Viajar mejor, hoy, es viajar dignamente. Tener la posibilidad de subir a un medio de transporte cómodo eficiente y previsible. Que sea previsible es fundamental. Poder garantizar que un colectivo llegue a la parada en el tiempo correspondiente es garantizar que una familia pueda reunirse para comer. Recuperar el tiempo invertido en el transporte es obtener una mejora sustancial en la calidad de vida de todos los porteños.

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