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Hoy nos plantamos

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Hoy las calles del centro porteño estarán plagadas una vez más de gente celebrando sus derechos y reclamando por más. Hoy somos testigos de la IX Marcha Nacional de la Marihuana, una movilización que aunque tenga su epicentro en la capital tendrá replicas a lo largo y ancho del país.

Yo soy un convencido de que no hay nada más valioso y sagrado que las libertades individuales. Uno debe tener la libertad para disfrutar y experimentar en la medida que no afecte a terceros. Esta es mi opinión en términos de trabajo, sexualidad y un sinfín de temáticas, y es mi opinión acerca del consumo de sustancias.

Creo que también es importante un Estado presente que predique con esta misma lógica: “uno es libre para hacer lo que quiera mientras no afecte a terceros”. En esta visión estamos lejos de un Estado chico y ausente, al contrario, creo que necesitamos un Estado presente para poder informar y asistir a las personas en el ejercicio de su libertad.

En Argentina cada vez existe una mayor proporción de individuos que consumen Marihuana según el SEDRONAR[1]. El consumo suele ocurrir entre personas que rondan entre los 18 y 34 años. El consumo de marihuana no tiene hoy los mismos estigmas que hace 20 o 30 años y es por eso que necesitamos una legislación moderna que habilite a sus ciudadanos a poder ejercer sus libertades sin violar ninguna disposición legal.

La marihuana cada vez más se constituye como una sustancia, como el alcohol o el tabaco, de uso lúdico. De la misma forma que estas la marihuana debe estar regularizada, no prohibida. Es importante que podamos conocer el conjunto del proceso productivo y sepamos todos los pasos desde la cosecha hasta que llega a las manos del consumidor.

Un Estado presente en el proceso productivo de la marihuana significa una derrota para las mafias. Mafias que no solo no temen atentar contra la vida de terceros sino que, aprovechando un público cautivo venden a precios exorbitantes sustancias de las que se desconoce su calidad y sus efectos posteriores sobre la salud. Un Estado que regule la compra y venta de este tipo de sustancias tendría como primer efecto una rápida desarticulación de estas mafias producto del agotamiento de su fuente de ingresos. En otra instancia también le permitiría al usuario realizar un consumo responsable conociendo las implicaciones de las sustancias que consume.

Una vez más esta lógica que penaliza al usuario ejerce su mayor influencia en los sectores más empobrecidos. El consumo de marihuana en la práctica termina sirviendo como una forma de perseguir y recluir a los sectores más expuestos, desde los pobres hasta los jóvenes. Me gustaría saber de qué forma atenta contra la paz, contra un tercero, contra el orden una persona que decide fumar un cigarrillo de marihuana en una plaza un lunes a las 10 de la noche. Sin embargo, las demoras y las detenciones siguen ocurriendo.

Un Estado más presente también significa nuevas perspectivas. Es conocido que hay importantes avances científicos y médicos en el uso de la marihuana, sobre todo la experiencia de “Mamá Cultiva”. Este colectivo busca avanzar en el avance de la legalización del aceite de marihuana para su uso terapéutico, sobre todo para su uso en algunos síndromes y enfermedades neurológicas. Un nuevo horizonte se construye sobre el uso del cannabis de la mano de la ciencia y la técnica y lo estamos dejando pasar producto de leyes arcaicas y punitivas.

Y aunque actualmente hay texto que legisla sobre el aceite medicinal no contempla ninguna forma de investigación ni uso del cannabis más allá del tratamiento de una condición en particular. Es más, ni siquiera habilita a la producción local de este aceite forzando la importación de este. Esta ley, aunque en su espíritu es correcta, queda corta (y su falta de implementación) no nos permite pensar nuevos horizontes para el uso del cannabis de manera local.

La movilización de hoy está todavía lejos de poder dar estas discusiones, sin embargo, yo creo que es un paso en la dirección correcta y que eventualmente como sociedad daremos este debate. Hoy pedimos por la despenalización del consumo. No sirve de nada perseguir a las víctimas de mafias que solo desean vivir un momento de ocio consumiendo marihuana. Combatamos el narcotráfico de una forma novedosa, terminando con el negocio pero sin perjudicar a los usuarios. Marquemos un camino que nos sirva para avanzar hacia la legalización del consumo.

Un futuro donde haya un Estado más presente y las libertades se extiendan más es un futuro que nos beneficia a todos como país.

[1]http://www.observatorio.gov.ar/media/k2/attachments/INFORMACINZPARAZCOMUNICACINZPRENSA.pdf

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